Existen libros que esperas con ansiedad. Basta que te lo agencies para que lo coloques en el primer lugar de tu lista. Han pasado dos años desde que leí “No voy a pedirle a nadie que me crea” y se me hicieron eternos. Por eso “La invasión del pueblo del espíritu” empece a leerla inmediatamente después de terminar con “El coleccionista de libros”. Y es que ante esta clase de textos, no hay lista sagrada: no importa si tienes una docena, o cientos o más libros pendientes entre las mesas y los libreros, solo deseas leerlo, y lo más pronto posible.
Desde el primer libro que leí de Juan Pablo Villalobos, quedé atrapado en las redes de sus historias, de su inigualable estilo, del ritmo que le imprime a las estrambóticas anécdotas que nos narra, a la ironía, al alboroto, a la bulla que crea con su prosa, que en ciertos momentos memorables, me parece poesía.
Joven autor mexicano, Juan Pablo Villalobos (1973-) reside en Barcelona. “La invasión del pueblo del espíritu” es su quinta novela, todas publicadas por Anagrama: “Fiesta en la madriguera” (2010), “Si viviéramos en un lugar normal” (2012), “Te vendo un perro” (2014) y la ganadora del Premio Herralde de Novela 2016 ,“No voy a pedirle a nadie que me crea”; han sido traducidas y las dos primeras se adaptaron para teatro, presentándose en Brasil, donde Villalobos radicó por el 2014.
También ha escrito un libro de cuentos: “Yo tuve un sueño” (2018) y una novela escrita en portugués -“No estilo Jalisco”- que solo se publicó en Brasil con motivo del Mundial de Futbol del 2014, novela que sus fans no perdemos la esperanza que sea publicada en español.
Eran altas mis expectativas cuando llegué a mi casa feliz como una lombriz con la nueva novela de Villalobos, que narra la historia de la lucha que emprende Gastón -siempre acompañado de su fiel mascota Gato (que por cierto, es un perro)- intentando rescatar el restaurante de su mejor amigo, Max, que después de 30 años de labores, se ve obligado a buscar otro local para re instalarse o cerrar sus puertas definitivamente, pues el dueño de la propiedad la traspasó a un recién inmigrado.
Gastón y Max son inmigrantes, que por antigüedad, están integrados y asimilados en el barrio. Son víctimas, pero no comparten con sus vecinos, los sentimientos de racismo, de xenofobia que emergen de nuevo entre la comunidad por el arribo de una nueva oleada de inmigrantes, procedentes del lejano oriente y del norte de Africa. El miedo provocado por la invasión extranjera empieza a movilizar a los vecinos, que invitan a Gastón y a Max a participar en el movimiento, olvidando que ellos son también expatriados, y que como ahora lo sufren los nuevos, también fueron víctimas en su momento, del rechazo de los nativos.
En la novela aparecen diversos personajes: Pol, el hijo de Max, un científico que regresa a casa después de abandonar abruptamente su trabajo en una empresa que investiga en un sitio lejano el surgimiento de la vida terrestre; también conoceremos a la adormecedora, una especie de bruja mística que ayuda a Gato a bien morir (el fiel perro se encuentra en fase terminal); Yu y su familia, comerciantes del bazar del barrio; el padre de Max y abuelo de Pol, un político corrupto que llega huyendo de su país y se refugia en el restaurante de su hijo; regidores, agentes de bienes raices, desempleados, y extranjeros, todos participando de diversas maneras y etapas en las historias del barrio.
“La invasión del pueblo del espíritu” trata sobre la amistad, la familia, la inmigración y la nostalgia, el miedo a las invasiones foráneas, la gentrificación de los barrios, y hasta un poco de ciencia ficción, faltaba más; de lectura fácil y pocas páginas, es narrada de una manera ágil y sencilla por la prosa de Villalobos.
Percibo en esta novela que el autor se encuentra en una etapa de transición: ¡se nos puso serio! “La invasión del pueblo de los espíritus” no es una de esas historias estrambóticas, irreverentes, delirantes, humorísticas, absurdas e irónicas a la que nos tenía acostumbrado. No es mala, es una buena novela, solo que no es lo que esperaba, y tengo que asimilarlo. Sin embargo, no puedo dejar pasar la oportunidad de recomendarles que lean a Juan Pablo Villalobos, creanme: no se arrepentirán.
hace 4 años
0
0