Durante la cuarta dinastía y aconsejado por el astrólogo real, el faraón Kheops decidió acometer una magna empresa: construir una pirámide que será su monumento funerario y, supuestamente, preservará a Egipto de males futuros. Cetes, el astrólogo y mago, encargará al mejor arquitecto egipcio, el peculiar maestro Tofis, los trabajos de construcción, que se prolongarán treinta años. Pronto surgirán problemas: en primer lugar, los mosquitos, el tormento de los pobladores de la cuenca del Nilo; no menos espinosa es la lascivia de Boula, la mujer nubia de Tofis, que provoca desafueros en todos los que visitan a éste. A todo ello se sumará Hentsen, la incestuosa hija de Kheops, que tiene dos maridos: el propio faraón y el mago Cetes.