Es un libro muy recomendable, y desde luego muy original, pues es muy difícil narrar una historia terrorífica sobre las brutales represiones gubernamentales sobre un pueblo que sólo quiere ser feliz y que al mismo tiempo resulte una historia divertida. Y el autor consigue salir indemne del intento. Lo cierto es que casi resulta surrealista la mezcla de un país y una época fácilmente reconocibles en la Chile de Pinochet o la Argentina de Vidal ( o tantos otros países sudamericanos en esos tristes años ) con el humor casi absurdo en ocasiones, pero el autor consigue un libro original con un enfoque único que no puede dejar a nadie indiferente.
hace 13 años