Nos llama más la atención una nueva notificación en el móvil, que la sonrisa de la persona que nos gusta. Nos inquieta más un “batería baja”, que los problemas de un amigo. Si nos tropezamos por la calle lo primero que agarramos fuertemente es el móvil, y no la mano de quien camina a nuestro lado. Si nos traen el desayuno a la cama, inmortalizamos el momento en lugar de salir corriendo a abrazar a quien nos lo trae. Juliette ha empezando a conformarse con una realidad que la está alejando de ella misma, y de su entorno. Cada uno decide el tiempo que malgasta en este teatro virtual, y la Francesita ha decidido pasar más de diez horas al día viviendo una vida que no es la suya. En estas páginas veremos cómo acaba su historia.