La flor roja (1883) es un relato mágico sobre la obsesión y la locura. Con la fuerza de la ficción psicológica de Fiódor Dostoievski, con quien se le suele comparar, la prosa de Garshín nos va envolviendo de forma sutil e inmediata. La excelente traducción de Patricia Gonzalo de Jesús y las inquietantes ilustraciones góticas de Sara Morante nos ofrecen un Garshín desconocido y sublime.