James Cordier es noble al cien por cien y tiene exactamente el mismo porcentaje de peligro. Es un ladrón excelente, un perfecto espía al servicio de la Corona y un amante de primera. Su última misión es robarle a una conocida cortesana de Venecia un legajo de cartas incriminadoras. Luego, podrá retirarse a Londres para lidiar con mujeres dóciles y dejarse al fin de viudas locas, cazafortunas y todo tipo de halconeras. Francesca Bonnard ha logrado sobreponerse al mal de amores, el desprecio social y el escándalo. Es independiente, feliz y desde luego tiene compañía. También ha aprendido que los caballeros suelen dar más problemas de los que merece la pena. Y tampoco se le escapa que su nuevo y atractivo vecino no augura nada bueno. Sin embargo, tras las cartas de Francesca aún los hay mucho peores que James, y las cosas pueden complicarse incluso más: sobre todo a causa de la incendiaria química que destilan las dos almas más pecadoras y excesivas de Europa.