Un hombre se siente arrojado al mundo tras sobrevivir inopinadamente a un gravísimo accidente de tren en el que debió morir. Tras aquel momento trascendental en su vida, nuestro protagonista deambula por el infierno de una actualidad que lo sacude desde el mismo comienzo de la crisis y hasta los días presentes. En su aquí y ahora nuestro personaje se desliza por terribles círculos espirales al frente de una gran compañía inmobiliaria de Madrid, tratando de encontrarse a sí mismo mientras todo a su alrededor se desmorona. La contemplación de los propios pecados será su dolorosa terapia: necesidad le obliga.La mirada de nuestro protagonista se aleja a veces del presente para indagar en el germen de los males que nos rodean y que difícilmente pueden ser entendidos con una mera fotografía del ahora. Así, en uno de los relatos, nos adentramos con minuciosidad histórica en la Belle Époque Madrileña de finales del XIX y principios del XX, al hilo de la historia de los marqueses de Linares propietarios del famoso palacio Madrileño sobre el que tantas leyendas se rumorean. También, en otro relato posterior, viajamos en el espantoso “tren de la muerte” al comienzo de la guerra civil española como macabro reflejo de lo sucedido en la misma estación de El Pozo muchos años después, el 11 de marzo de 2004.Pero en su periplo, nuestro personaje siempre regresa al presente más rabioso que desmenuza y vive en primera persona: desde la intervención judicial de Fórum y Afinsa al caso Malaya, que lo golpea de lleno; desde el constante combate con los bancos usureros para sacar adelante la empresa que dirige hasta el fango de los concursos de acreedores. Los personajes y los hechos se suceden con una intensidad inusitada y todos forman parte de la atmósfera irrespirable en que se sumerge la novela conforme se avanza por sus páginas.