La Habana, años noventa. La historia comienza con el encuentro fortuito de dos desconocidos, Rebeca y Montalbán, y con el reencuentro también fortuito de Anabela y Rebeca, viejas amigas de la infancia, distanciadas desde hace tiempo. Después nos hace viajar al pasado para conocer la infancia y adolescencia de Anabela, niña responsable e inteligente de memoria prodigiosa, convertida en instrumento propagandístico de la revolución, un monito de feria que declama de memoria discursos de Fidel y poemas de José Martí. Su historia está íntimamente ligada a la de Rebeca, a la que conoce en la escuela de élite Lenin, donde reciben una educación estricta, casi militar, becada por el estado, por la revolución que todo lo controla.
En la segunda parte de la novela conocemos la infancia y adolescencia de Montalbán, niño inteligente e incomprendido en el seno de una familia humilde en uno de los barrios más humildes de la Habana, en un ambiente de delincuencia, dejadez e incultura donde él es un bicho raro, y cómo encuentra su lugar en el mundo de la mano de la literatura y llega a estudiar medicina. A través de sus vidas llegamos de nuevo al presente, donde poco a poco va haciendo su aparición el autor, Ronaldo, que pasa de narrador omnisciente a personaje secundario, que está a la vez dentro y fuera de la novela de un modo muy original. Conoceremos por qué confluyen Montalbán, Anabela y Rebeca viviendo en la casa de Montalbán, que decide encerrarse en su casa para no salir más.
La novela parece ligera en un principio, de ágil lectura y capítulos cortos, aunque posee una prosa muy rica y un estilo propio, con carácter. Trata temas profundos como la amistad, el despertar del sexo en la adolescencia, la pérdida de la ingenuidad, la lealtad, el desengaño, las ansias de libertad y cambio, todo esto en un ambiente claustrofóbico donde la dictadura cubana lo controla todo.
Sin tratar de política, la política está presente intrínsecamente en toda la novela, porque también lo está en la isla. Interesante y esclarecedora visión de un país en general desconocido, del que nos viene a la mente la omnipresente salsa, los mojitos y daiquiris, las puestas de sol en playas paradisíacas, su malecón, la alegría cubana, cuando en realidad es un país de supervivientes que viven en la escasez entre apagones, ruinas, racionamiento y farmacias vacías de medicamentos.
Ronaldo Menéndez, cubano exiliado en España, habla con conocimiento de causa sobre una tierra de la que tantos compatriotas suyos sueñan con salir y a la que tantos otros sueñan con regresar. Cuenta con mucha literatura una historia enmarcada en una realidad demasiado prosaica.
Interesante y cautivadora, para los que les gusta viajar a través de la literatura en el tiempo y el espacio, conocer realidades sociales complejas y no quedarse solo en la superficie. (Raquel Bernabéu, 6 de febrero de 2023)