Una acaudalada dama que se siente perseguida. Una abogada ambiciosa que recibe cartas amenazadoras. Una mocosa malcriada que encuentra muy guay arrojarse a la vida nocturna berlinesa contando con una persona que le sirva de protección. Un farmacólogo que teme agresiones por parte de los detractores de los experimentos con animales... Todos ellos contratan a Alex. No siempre existe auténtico peligro para esas personas, pero Alex debe permanecer en constante alerta para poder dominar la situación en cualquier momento. En su vida privada también lo tiene todo bajo control. De vez en cuando, tiene alguna aventura amorosa sin que después de ninguna de ellas haya llegado a experimentar el deseo de mantener una relación estable. Hasta que llega Bárbara y, con ella, su compañera sentimental, Karin.