La asombrosa tienda de la señora Yeom, de Kim Ho-Yeon, es una preciosa novela contemporánea que te roba el corazón desde las primeras páginas.
Está protagonizada por Dogko, un hombre que ha perdido su casa, su familia y su memoria. Desde entonces vive en la calle y duerme en la estación de ferrocarril de Seúl junto a otros indigentes.
Cuando encuentra un monedero decide entregárselo a su dueña, la señora Yeom, una exprofesora que regenta una pequeña tienda abierta las veinticuatro horas del día. Para agradecerle su ayuda, la mujer le invita a comer en su local siempre que quiera; y algún tiempo después, al marcharse uno de sus empleados, le ofrece trabajar en el turno de noche.
Casi toda la novela transcurre en la tienda de conveniencia de la señora Yeom. En ese pequeño local situado en un barrio residencial de Seúl, Dogko va cambiando poco a poco: deja de beber, de tartamudear y se convierte en un pilar fundamental para los clientes porque gracias a las conversaciones que mantienen con él, varios de ellos cambian su forma de ver la vida de manera radical.
Y es precisamente eso, lo que más me ha gustado de la novela. Un personaje sin pasado y, aparentemente, sin perspectivas de futuro, no solo consigue mejorar la vida de varias personas, sino que él mismo resurge de sus cenizas cuál ave fénix, decide perdonarse sus errores y darse una nueva oportunidad.
Una novela que invita a mirar a los indigentes con otros ojos y también a aprender a escuchar lo que nos cuentan los demás, no sólo a oír. Porque quizá, sólo quizá, podamos darles un buen consejo que les ayude a solventar sus problemas.
Os animo a leer esta bonita novela. A sumergiros entre sus páginas, viajar a Seúl y ser testigos de que como Dogko, ese hombre enorme al que muchos toman por tonto, se transforma en la persona que muchos quisiéramos ser. (Ana García, 19 de febrero de 2024)
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