La novela nos sitúa en Valencia en el año 2004. Stella, la protagonista, es una mujer inglesa que vive con Paco, su marido, y su hija de un año. Su vida ha dado un giro radical en los últimos tiempos. Desde que nació Ana y abandonó su trabajo como secretaria bilingüe, se ocupa de la casa y la familia, pero son tareas que la superan y su bajo estado de ánimo hace que ella misma se sienta un desastre. No ayuda nada, todo lo contrario, el rechazo de su adinerada familia política, que siempre la ha considerado una intrusa, en especial su cuñada, que no pierde ocasión para humillarla. Pero lo peor son los frecuentes desaires, exigencias y agresividad verbal que vierte Paco sobre ella, que parece haber olvidado cómo era su relación inicialmente y por momentos se convierte en un ser cuyo despreciable comportamiento está fuera de lugar.
Pero una serie de circunstancias la harán reaccionar y su verdadero espíritu resurgirá con fuerza. Stella se planteará nuevos objetivos, entre ellos recuperar su libertad, que implica trabajar fuera de casa y ser económicamente independiente. El problema es que debido a la ausencia de comunicación y a la mala disposición de Paco, Stella acabará teniendo una doble vida, y como su padre le decía: “Si juegas con fuego te acabarás quemando”.
Para completar el conjunto, la protagonista se reúne a menudo con un grupo de amigas de habla inglesa a cuál más peculiar, cuyos encuentros, en los que abunda el alcohol y el despropósito, suelen ser bastante divertidos.
Desde el primer momento empatizas con la protagonista y quedas atrapada en la vorágine de su vida. Abundan los diálogos, enredos y un humor que destila toda la historia muy de agradecer. Una novela ágil y amena, imposible de soltar. Me ha gustado mucho y la recomiendo.