Lady Anne Peckwort preferiría no casarse. No quiere que los demás decidan por ella, a pesar de que conoce sus obligaciones como hija de un conde. Su carácter tímido y su cojera tampoco la ayudan a conseguir un pretendiente que la convenza. Sin embargo, harta de las presiones sociales para que contraiga matrimonio, decide tratar de conquistar a Racecombe de Vere, un aventurero que jamás podría convertirse en su marido debido a los abismos sociales que los separan. Lo que comienza como un simple juego de seducción se convertirá en un amor sin límites que no será aceptado por las rígidas costumbres de la Inglaterra de la época: Race es un hombre de dudoso origen y Anne, una mujer de familia noble. Pero la pasión desatada entre ellos no se apagará fácilmente. Cansada de que su familia decida por ella, Anne se fugará con un oficial que no le conviene. Race no se dará por vencido y los perseguirá para intentar recuperar a su amada, más allá de todas las diferencias y obstáculos de clase.