– GUSTARÁ: A los lectores de novela policíaca en las que predomina el ritmo frenético de escenas y acontecimientos y que no se para en demasía en aspectos administrativos, melodramáticos o sociales. Para aficionados a la novela que va al grano y donde la acción se sitúa en primer plano. – NO GUSTARÁ: A los lectores que prefieren novelas más densas, armadas y descriptivas, tanto en el retrato de las situaciones y pasajes como en el desarrollo profundo de los personajes y de sus vicisitudes a lo largo de toda la trama narrativa. Tampoco será del interés de aquellos que no sean lectores de novela policial y de los clichés tan característicos de este género literario. – LA FRASE: “La oscuridad engullía toda la habitación. Llevaba una pistola y estaba apuntando en dirección a la puerta. De su pierna salía mucha sangre e intentaba taponarse su herida desesperadamente. Pero no podía frenar la hemorragia y cada vez estaba más débil y desesperado. Su cabeza daba muchas vueltas, pero logró ver una figura entre las sombras, bajo el umbral de la puerta…”. – RESEÑA: Hoy traemos para reseñar: Huida hacia adelante del autor Octavi Pina. Un thriller noir con tintes de la antigua escuela de la novela negra estadounidense de los años cincuenta pero adaptada a los nuevos tiempos de la actualización de la novela nórdica contemporánea. Todo ello sin perder la perspectiva de los usos y costumbres de la criminalística española. Ya desde la misma portada podemos observar un dibujo minimalista que huye de las clásicas propuestas gruesas, gráficas e impactantes, muy propias del género, donde la sangre, las armas blancas y los espacios desolados bañados por la neblinosa y mortecina luz de las farolas son la tónica general. Aquí la propuesta de Carolina Bensler nos recuerda al diseñador Saul Bass, en sus inmortales carteles cinematográficos de clásicos como: Vértigo, Anatomía de un asesinato o West side story, entre otras muchas. Nos encontramos una portada en forma de tablero de juego al estilo Cluedo, o su actualización a los nuevos tiempos en forma del juego Among us (a su vez basado en el juego de “Policías y ladrones” en donde se asesinaba a golpe de guiño de ojo). También, y hablando del título de la obra, existe una metáfora entre este y la tipología de la presente narración. Rauda, cinematográfica, de capítulos cortos y centrada en el meollo del asunto por encima de otros asuntos más relacionados con la creación de atmósferas, la formación compleja de los personajes, el guion jalonado de enredos complejos o el espacio para las descripciones pausadas y barrocas. Octavi va al grano y se centra en unos asuntos para obviar otros. Su tercera persona omnisciente no ralentiza el paso, sino que corre con extenuación como indica el propio título de la novela. El ritmo sin freno de la narración conseguirá la atención del lector aunque, a veces, esos mismos empellones zarandeen demasiado la lectura y le desubiquen un poco de los escenarios o personajes cambiantes en la palestra. La presente novela se centra en las labores policiales de su pequeño grupo coral y de la relación que se genera entre ellos según el caso va avanzando y la tensión va en aumento. Dichas relaciones humanizan a los protagonistas y les sacan del hieratismo y de la dureza habitual de estos personajes tan encorsetados habitualmente en las reglas del género. La localización en Barcelona de la novela y las labores de investigación de los mozos de escuadra hacen más cercana las técnicas, maneras y oficio de este cuerpo de las fuerzas y cuerpos de seguridad de estado. Lo acerca al lector ocasional que no está familiarizado con el día a día de las comisarías, sus roles, jerarquía y reparto de labores criminalísticas e investigativas del cuerpo. Y, por supuesto, como en toda novela negra, se abrirán puertas hacia secretos inconfesables y pasados turbulentos que acabarán estando relacionados con la investigación en curso. Octavi Pina se centra, en esta su ópera prima, en la narración de guion cinematográfico bajo el brazo. Digamos que las tareas operativas superan a las administrativas y las puramente logísticas de la rutina policial que, por lógica, no es tan tensa y anfetamínica como nos la venden en las series televisivas estadounidense. El autor evita las partes más dramáticas a lo Canción triste de Hill Street o The Wire, para centrase en el despliegue de la acción y la acumulación de problemas y situaciones con las que la narración avanza sin resuello y sin pausa. La llegada de los fantasmas del pasado que atarán a alguno de los personajes hacía un incierto futuro, las dudas generadas dentro del propio cuerpo policial, las medias verdades, las inseguridades, el falso aplomo en las situación en las que se teme por la propia vida o la desesperación cuando los asuntos se escapan de las manos y se hacen incontrolables. Porque lo que más destaca de Huida hacia adelante es precisamente eso, que no mira hacia atrás ni para coger impulso. Su brío y su fuerza reside en la concatenación de escenas que se solapan entre sí y no hacen perder el interés por la historia que se podría ir por derroteros más reivindicativos, sociales o dramáticos. Así las cosas, Huida hacia adelante es un vehículo de lucimiento para el entretenimiento policial por su ritmo vertiginoso. Su claridad de ideas, sencillas, abarcables por cualquier tipo de lector y enfocadas al puro divertimento desprejuiciado, la dotan de una atractiva y amena lectura. 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hace 4 años