Irma sale con Javier, pero sigue viendo a Sergio, que a su vez sale con Mabel. Irma sugiere contárselo todo a sus respectivas parejas, pero Sergio le deja un pósit en la nevera que dice: “Hoy no puedo”. Alberto lleva un año sin Ágata y los chicos de la oficina le pagan una sesión especial de ‘nivel 3’ en un salón de striptease. Lo han encontrado en un anuncio del periódico. Noelia Egea y Pepi Bartolomé son cajeras de un súper. Noelia tiene una habilidad especial. A Él le gustan los supermercados y las manos sin señales ni adornos. Un supermercado puede ser un santuario, una montaña rusa o un campo de entrenamiento. El doctor Gacitúa es descendiente de un científico insigne que trabajó con Freud. O por lo menos eso dice él. Quiere restaurar su memoria poniendo su apellido a una estrella. Espera una señal. Miguel de la Mota es un ornitólogo reputado. Observa a los pájaros desde su ventana. Y a los vecinos de El Paraíso. Alguien le ha pillado mirando y le ha dejado una nota en el buzón. De Ella no sabemos el nombre. Solo sabemos que no tiene miedo. A nada. El miedo no existe. Quiere probárselo a Él, y para ello se encierra un fin de semana en la casa familiar, en el pueblo, alejada de todo. Solamente puede recibir mensajes de texto. Y no hay que olvidar a Carla, que se ve envuelta en una de espías y ladrones, en un conflicto diplomático de repercusión internacional. Carla recibe un privado de Facebook.