La protagonista y narradora es Mari, una chica de diecisiete años que vive y trabaja en el hotel de la familia, en la costa. Allí conocerá a un hombre mayor, traductor de ruso, con el que entablará una relación poco corriente, en la que ella se somete a sus deseos, a veces al borde de la perversión. Es una novela que me ha sorprendido, sobre todo por lo inesperado, pero me ha gustado la capacidad de la autora de aunar crueldad y ternura en la historia, y cómo se centra en detalles y emociones. Por buscarlo un “pero”, quizá el final, demasiado precipitado. Una lectura peculiar y entretenida.
hace 10 años