HABLAR CON DESCONOCIDOS

HABLAR CON DESCONOCIDOS SKLIAR, CARLOS

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Nota media 10 Excelente 1 voto 1 críticas

Resumen

Hablar con desconocidos es un libro de asombros que propone al lector sentir y pensar el encuentro con el otro. Con una escritura poética y fragmentaria -que recuerda a veces la tradición filosófica de Walter Benjamin o de Cees Nooteboom, Carlos Skliar indaga en el lenguaje, no tanto en lo que se dice sino en lo que se escucha, a la vez que rechaza la heredada percepción del otro como amenaza. En la mujer que se refugia en un balcón de los recuerdos que hay dentro de la casa o en la niña que pregunta a su madre si se lee en lo negro o en lo blanco, Carlos Skliar redescubre atónito la vida y unas pocas certezas esenciales. Y es que la sucesión azarosa de relaciones impensadas y sorprendentes detiene por un instante la marcha impiadosa de mundo. “Lo más importante es hablar con desconocidos. Cuando esto resulta imposible, ha empezado la muerte”, decía Elias Canetti. Historias de otros que se confunden con las propias, conversaciones ajenas que se vuelven próximas, palabras oídas fortuitamente que resonarán toda la vida, el sentido de una voz distante que se prolonga en la del escritor. No se trata de estar de acuerdo o no con lo escuchado, no se trata de conocer al desconocido, sino sólo de “dejar los oídos en medio del camino” para sentir cómo es el mundo nuestro sin nosotros.

1 Críticas de los lectores

10

“Carlos Skliar (Buenos Aires, 1960) hace en su obra una búsqueda frenética del instante. Y frente a la fugacidad del instante, se instala en su duración” (Noticias de Navarra). “Aposta per una literatura que creu en la significació del silenci i que intenta el difícil repte de dir molt en molt poques paraules” (el3devuit). “Skliar reivindica una escritura sin rumbo y sin mapa en la que la emoción esté, a menudo, por encima de la razón” (Zona de obras). “A Carlos lo habitan muchas voces, lo que le sucede a casi todos los lectores de poesía. Pero él se ha tomado en serio esos rumores y murmullos constantes, a los que brinda cuerpo y mima alimentándolos con su propia carne…” (Este país).

hace 10 años