Hacia 1492 aparece en Sevilla, cuando aún no está acuñado el término novela, y menos el de romántico, un texto titulado Cárcel de amor al que su autor Diego de San Pedro le da el nombre de Tratado. En él se narra la historia apasionada de un enamorado, Leriano, por Laureola, la hija del rey, comprometida con su elección de la fama y la honra para alcanzar la gloria sobre la efímera realidad. El argumento novelesco se enriquece con la presencia ficcional de la alegoría, el testimonio histórico y la acción de unas cartas que juegan en función de diálogo entre los personajes, con lo que ello anima las interpretaciones políticas, religiosas o amorosas del texto por un lector que aquí es un Auctor, impertinentemente atraído por la belleza de Laureola, con lo que se anima la presencia de textos como el De amore, de A. Capellán, y una cronología de intrigas, desafíos, juicios de Dios, adulterios y una guerra cuya animada acción justifica que la princesa Isabel de Este, que encarnaba el ideal de la «,donna intelligente e colta del Rinascimento»,, persiguiera un ejemplar de la Cárcel por la ciudad de Milán. Desde su aparición, Cárcel de amor alcanzó la gracia de numerosas ediciones acompañadas de ricos grabados y una atención crítica que se enlazó con el romanticismo dentro de una vinculación en la que ya Luis Usoz lo relacionó con el Werther Leiden del gran Goethe y un primer reconocimiento de la literatura española en Europa que aceptó la mejor crítica. Antonio Prieto (Águilas, 1929) cursó estudios de Filología Románica y Filología Italiana en la Universidad Complutense de Madrid, donde alcanzó la Cátedra de Literatura Española. Correspondiente de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, de la Pontificia Insigne Accademia di Belle Arti e Lettere dei Virtuosi al Pantheon de Roma, de la Academia Portuguesa da História. Fundador y codirector de la revista internacional Prohemio de lingüística y crítica literaria y de la colección Ensayos / Planeta. Dedicó amplios estudios monográficos a G-B. Merino, Basile, Alfieri, Goldoni, Foscolo, Leopardi, Manzoni, Italo Svevo, etc. A su labor de investigación literaria se deben, en los últimos años, los volúmenes, Ensayo semiológico de sistemas literarios, Morfología de la novela, Garcilaso de la Vega, Coherencia y relevancia textual, Estudios de literatura europea, La poesía del siglo XVI, La prosa del siglo XVI, Imago vitae, Cuaderno de ayer y Penúltimo cuaderno, entre otros estudios. En el campo de la novela Antonio Prieto ha realizado una extensa producción que se inició con Tres pisadas de hombre, Premio Planeta de 1955. A esta obra le siguieron los siguientes títulos: Buenas noches, Argüelles (Planeta, 1956), Vuelve atrás, Lázaro (Planeta, 1958), Encuentro con Ilitia (Planeta, 1961), Secretum (Magisterio Español, 1972), Cartas sin tiempo (Magisterio Español, 1975), El embajador (Seix Barral, 1988), La desatada historia del caballero Palmaverde (Planeta, 1991), Elegía por una esperanza (Cid, 1992), La enfermedad del amor (Seix Barral, 1993), La Plaza de la Memoria (Guadalquivir. Premio Andalucía de la Crítica, 1995), Prólogo a una muerte (Plaza & Janés, 1995), El ciego de Quíos (Seix Barral, 1996), Isla Blanca (Seix Barral, 1997), La lluvia del tiempo (Seix Barral, 1998), Libro de Boscán y Garcilaso (Península, 1999), Reliquias de la llama (Seix Barral, 2000), Dolabella (Seix Barral, 2001), Una y todas las guerras (Seix Barral. Premio Andalucía de la Crítica, 2003), Invención para una duda (Seix Barral, 2006), La sombra de Horacio (Academia Alfonso X de Murcia, 2009), hasta sus más recientes novelas El manuscrito sellado (Seix Barral, 2010), La cabra de Diógenes (Renacimiento, 2011), El olfato, el amor y la carcoma (Renacimiento, 2012), Oficio de personaje (Renacimiento, 2012), Carta a un viejo amigo difunto (Seix Barral, 2014) y Desprendido ayer (Devenir, 2015).