En esta obra Manuel Vázquez Montalbán lleva a cabo una reflexión sobre el arte contemporáneo, analizando con una mirada crítica la obra de algunos de los artistas más importantes y representativos de nuestra época. Según el autor, la historia de las artes es un proceso conflictivo en pro de la liberación de la relación emisor-receptor y su final fusión. El artista pasa por toda clase de pruebas y llega al siglo xxi en el mejor de los casos con tres controles acumulados: el mercado, la crítica parásita y los intermediarios de variada condición. La pintura de encargo del mecenas renacentista se convierte en la pintura de encargo del consumidor burgués y más tarde en la pintura de encargo del crítico-promotor. Ante el escepticismo y el cinismo que impregnan la cultura y la civilización burguesas, el creador se ve cotidianamente enfrentado a la sucia alternativa de elegir entre la retórica legitimada o la angustia.