Compuesto por dos relatos largos, o nouvelles al estilo de Henry James, género tan poco frecuentado por los escritores españoles, Espejo y tinta constituye un ejemplo perfecto del acto de narrar: misterio, intriga, ironía y una prosa ajustada y envolvente arrastran al lector en la peripecia existencial de los protagonistas. El tema del doble, en el primer relato, que podríamos incluir dentro del género calificado de literatura fantástica por Borges y Bioy Casares, y la monomanía por la plumas estilográficas que padece el protagonista de la segunda historia, se conjuntan en un volumen escrito sin retórica, con agilidad y sabia mesura. Gracias a la mezcla de literatura fantástica, al estilo de Borges, y a la intriga, logra arrastrar al lector hasta el final.