Escritos entre 1924 y 1932, los microgramas son el testamento literario de Robert Walser. Se trata de una colección de 526 hojas y papeles de distinto formato densamente cubiertos de una letra minúscula, escritos a lápiz e ilegibles a primera vista. La minuciosa labor de Werner Morlang y Bernhard Echte, que dedicaron más de quince años a descifrarlos letra a letra, puso fin al desconcierto y reveló como una colección de textos breves, poemas y dramas en verso de incalculable valor literario lo que en un principio parecía fruto de la locura del autor suizo. El propio Walser reconoció en una carta fechada en 1927 que había empezado a utilizar el lápiz para librarse del «tedio de la pluma» que lo había sumido en un «decaimiento que, por así decir, se reflejaba en la escritura a mano, en la disolución de la misma». En los microgramas, de los que en este segundo volumen se incluyen los escritos entre 1926-1927, aparecen los grandes pequeños temas de Walser: el gusto por el paseo y la divagación, la pasión por los detalles y lo efímero, la dificultad de no ser nadie o la absurdidad del amor.