Sinceramente, me gustó mucho más "Abril encantado", pero esta otra novela también tiene su encanto. Si la autora dedica gran parte del relato al jardín es, sencillamente, porque es el leit motiv del relato. Dedica la novela a él a consecuencia del ambiente familiar imperante en la época (no olvidemos que se publicó en 1898): el marido es quien sabe y dirige y ella está empeñada en ser "libre" sumergiéndose en la jardinería. Entre otras enseñanzas que nos propone, está la de que se aprende equivocándose.
hace 7 meses