"El segundo asesino" es una novela de ficción histórica ambientada en 1888 donde se recrean los crímenes que conmocionaron al Londres victoriano, y fueron cometidos por el sanguinario Jack el Destripador. Al mismo tiempo, nos muestra la aparición de restos humanos esparcidos por el río Támesis, hasta finalizar con el hallazgo de un torso femenino en el distrito de Whitechapel (el llamado: "Torso de la calle Pinchin"). La autora juega con la realidad y la fantasía para sugerir un culpable y una causa de esos homicidios dando lugar a una obra entretenida, que integra momentos de misterio, terror y sucesos paranormales. La narración se efectúa a dos voces: en tercera persona y en primera persona a cargo de su protagonista, el doctor en medicina forense Thomas Bond, el cual tiene unas particularidades que le asemejan al celebre y ficticio detective Sherlock Holmes, como son su adicción al opio y sus indudables dotes deductivas. Otros individuos importantes en la trama son Charles Hebbert (compañero de profesión del protagonista), los inspectores de Scotland Yard, Henry Moore y Walter Andrews, y también un enfermo psiquiátrico de nombre Aaron Kominsky quien pone el toque sobrenatural, ya que sus terrores nocturnos y alucinaciones guardan bastante de realidad. El empresario James Harrington y su ex pareja, Elizabeth Jackson, así como Juliana, la hija del médico Hebbert, completan la galería. Estructurada en cuatro partes y un breve epílogo "El segundo asesino" consigue enganchar con un inicio tenebroso, que se adhiere al lector como una sombra y hace que este comience a devorar sus páginas con ansiedad, en especial cuando aparece el joven Aaron Kominsky con sus habilidades extrasensoriales. Si bien, poco a poco va disminuyendo el protagonismo de este, al tiempo que lo van adquiriendo otros personajes, como Thomas Bond y James Harrington. Este cambio en el timón discursivo me ha defraudado porque le hace perder a la trama ese toque sobrenatural, y también consigue alterar el ritmo del relato al forzar ese cambio en el foco de atención, que alterna con la introducción de titulares de periódicos de la época lo cual, en mi opinión, va en desmedro de la fluidez. En cuanto al argumento de esta novela, puede decirse que se nos muestra la vida en la Inglaterra victoriana de fines del siglo XIX, donde se ha generado un gran revuelo causado por los terribles crímenes de Jack el Destripador contra míseras prostitutas en el distrito de Whitechapel, este de Londres. En ese contexto, cuando se descubre un torso en el río Támesis, y el cirujano de la Policía Metropolitana Thomas Bond lo examina, se llegará a la conclusión de que aquel homicidio cruel es obra de otro asesino ("El segundo asesino" que inspira el título en español de este libro). Es entonces cuando el doctor Bond intentará hallar la verdad y desentrañar quién está detrás de tan atroz asesinato, que no será sino el primero dentro de una secuencia de macabros homicidios que se nos relatan en este thriller donde se fusiona la ficción pura con los hechos reales. "El segundo asesino" constituye la primera entrega de dos novelas (la segunda obra de la autora sobre igual temática traducida al español fue "Los niños del río", Inglaterra, diciembre de 2013) donde Sarah Pinborough juega con hechos reales, y bastante ficción, para crear un argumento interesante, de buen pulso, y con un desenlace sorprendente, al cual se suma una fuerte dosis de rica fantasía. La historia, como ya se señalara, resulta narrada a varias voces de manera muy acertada, y la presentación de los personajes está hecha de manera elegante y correcta. Si bien, como asimismo se ha indicado, el desarrollo argumental posee altibajos, deviene irreprochable el atractivo del tema planteado, y resulta magnífica la descripción del marco donde la novelista sitúa la acción. Cabría destacar, igualmente, lo bien descrita que aquí está la existencia de los habitantes de los barrios bajos en esa Gran Bretaña decimonónica sacudida por los homicidios de Jack el Destripador y por ese segundo asesino, que da título al libro en su publicación en lengua hispana. Las incisivas descripciones de la escritora británica unidas a la lúgubre y oscura ambientación que sabe crear, son dignas de asignarle diez puntos a esta obra. La escritura fluida y cautivante mantiene en tensión al lector en forma sostenida a lo largo de las más de cuatrocientas páginas de su libro, y configura otro de los aspectos más remarcables. Otro punto a favor radica en que el entramado concluye con uno de esos finales que dejan un buen sabor en el paladar. Eso sí, debemos dejar aparte aquí los hechos históricos y dejarnos llevar de lleno al ámbito de la fantasía pura.
hace 1 año