Segunda novela de esta autora mexicana. La historia gira alrededor de una familia propietaria de una hacienda durante la revolución mexicana en los albores del siglo XX. La vida no es fácil para estos terratenientes que tienen que enfrentarse a una guerra que frecuentemente les reclama el fruto de su trabajo o sus propiedades, y a la vez batallar con el descontento de sus trabajadores, muchos de ellos imbuidos por el espíritu y las ideas de la Reforma Agraria. Y además de todo eso hay que sobrevivir a devastadoras enfermedades, como la terrible gripe española que asoló el mundo en aquella época.
Narrada al más puro estilo latinoamericano, con ese toque de realismo mágico tan especial y característico que le presta encanto a la historia.
Los capítulos no son demasiado largos y alternan diferentes narradores, unos en primera persona y otros en tercera, y aunque en un principio uno no tenga demasiado claro quién es el personaje que está narrando, lo cierto es que la historia te atrapa porque está deliciosamente contada, con un estilo bello y sencillo, repleta de descripciones precisas que nos envuelven y nos hacen sentir con más intensidad la historia.
Lo que más me ha gustado son los personajes, son interesantes y profundos, originales y peculiares, como es el caso de Simonopio, el niño de las abejas, o la nana Reja. No se me van a ir de la cabeza fácilmente.
Un encanto y una delicia de novela, muy recomendable.
hace 10 años
32
-15