“En esa madrugada de octubre el llanto del bebé se mezclaba con el ruido del viento fresco circulando entre árboles, el canto de los pájaros y la despedida de los insectos de la noche”. “El murmullo de las abejas” es una novela escrita para los sentidos. Es algo que el lector percibe, siente, desde la primera frase de la obra, que anuncia la llegada a Linares de ese singular bebé que marcaría de manera tan significativa la vida de la familia Morales Cortés. El pequeño Simonopio tenía un defecto en su rostro: el beso del diablo según los más supersticiosos y crueles del pueblo. Lo hallaron rodeado de abejas y éstas se convirtieron en sus fieles compañeras. Desde que lo encontrara la anciana nana Reja, su historia estaría ligada a la de los Morales Cortés, que lo acogieron como uno más de la familia. “El murmullo de las abejas” nos acerca la historia de los Morales Cortés, una familia de terratenientes mexicanos, desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Al leer esta deliciosa obra, aderezada con toques de realismo mágico, sorprende que una historia marcada en diversas ocasiones por el dolor y la tragedia, logre albergar semejante belleza. Esta obra, más que narrar, evoca, sugiere, estimula. Sofía Segovia se vale de aromas, imágenes imborrables y sensaciones en la memoria de sus personajes para acercarnos toda una vida de recuerdos. ”El murmullo de las abejas” es una de esas obras que quedan en la memoria por mucho tiempo. Una auténtica delicia y un deleite para los sentidos. (Ana Rayas)
hace 8 años