Sin ser una mala novela, este thriller es un “quiero y no puedo”.
Lo bueno: relato ágil, sin complicaciones, ni grandes rodeos. Narración dividida en diferentes escenas, el autor consigue relatar eficazmente y sin que el lector se pierda demasiado. La ambientación está bien (la recreación del pueblo americano, la feria…). Es un libro entretenido, que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.
Lo no tan bueno: bastante previsible, faltan personajes secundarios para mejorar este punto. A menudo encuentras frases con construcciones repetitivas o poco originales.
Lo malo: errores culturales que le restan profesionalidad (por ejemplo, ubicar el 28 de diciembre como día de los inocentes, cuando la novela está ambientada en Norteamérica), situaciones que llevan al límite la disposición a la credibilidad del lector…
Es la primera obra de Javier Castillo que leo y, sinceramente, esperaba más. Sin embargo, creo que me leeré más novelas suyas, ya que mentiría si digo que no cumple su cometido.
hace 1 año
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