Al autor de El bar de las grandes esperanzas y escritor no-tan-en-la-sombra de la estupenda autobiografía de Agassi, ambas publicadas por Duomo, se les suma ahora un largo artículo publicado en 1997 en torno a la figura de Bob Satterfield. Las buenas maneras apuntadas en las obras anteriores se confirman en esta breve obrita —se queda en 101 páginas— que, pese a su carácter periodístico, se lee con el mejor deleite de una novela bien trenzada. Aunque en el centro está la caza de la semiolvidada figura de un boxeador cuya pegada —y poca resistencia— era mítica, la narratividad y un consciente afán literario se alinean en la mejor estela de Norman Mailer, Gay Talese u otros grandes tótems del New Periodism que se interesaron por el deporte—Moehringer es de una generación más joven, pero deudora y fiel continuadora de la anterior—, y lo mejor está en el propio viaje de autodescubrimiento realizado por el periodista, bien arropado por unos personajes —reales, como corresponden al periodismo de investigación— que se definen a la perfección. Uno podría pensar, pese a todo, que Campeón, Bob Satterfield, no deja de ser un enigmático artificio cuya búsqueda del hombre detrás de la leyenda, como ejercicio literario, con sus dosis de intriga, lo es todo. Pero a lo largo de las páginas, y este su mejor acierto, la implicación emocional es plena. La atención nunca decae, y cada página se pasa, una tras otra, con el mejor de los gozos, hasta la que se cierra el volumen, cuando aún queda ese regusto que paladea el viaje disfrutado. (Carlos Cruz, 4 de julio de 2016)
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