Diego Arce es un escritor de novelas negras. Ha escrito tres pero la que le dio el éxito fue la primera, “Sangre y ámbar”, que tenía por protagonista a un cirujano que secuestraba niñas y obligaba a sus padres a superar tres retos –cada vez más difíciles- si querían volver a ver a sus hijas con vida. Ese cirujano, ese Monstruo, hizo famoso y rico a Diego. Pero estaba basado en su peor pesadilla infantil y Diego no quiere resucitarlo a pesar de las peticiones, casi exigencias, de su editor y a pesar de que sus dos posteriores novelas no tuvieron ni de lejos semejante éxito. Pero alguien sí que quiere revivir al Monstruo. Cuando Diego y su mujer Laura están fuera de casa, su pequeña hija Ariadna –que se ha quedado al cuidado de una canguro- es secuestrada. No hay signos de violencia, la puerta no ha sido forzada. Lo único extraño, además de la desaparición de la niña, es que el primer manuscrito de “Sangre y ámbar” ha salido del cajón del escritorio donde Diego lo tenía encerrado bajo llave y que tinta roja salpica las paredes del despacho del escritor Lo que ya se vislumbra como una terrible pesadilla, lo será más aún cuando Diego recibe un sobre negro (como en la novela). En la carta que va dentro el Monstruo le dice que, si quiere volver a ver a su hija con vida, tendrá que superar tres retos.
hace 1 año