Lo que llamamos vinyasa yoga se ha hecho muy popular hoy en día como actividad física, de alto cardio o gimnasia. Sin embargo, en la tradición del Yoga se entiende y se vive como una práctica espiritual, sagrada y de amor. Denis Criado nos recuerda una verdad tan sencilla como profunda: la práctica de vinyasa yoga no solo se basa en secuencias preestablecidas sino también en el movimiento que nace del fluir energético e inteligente de vuelta a nuestro centro espiritual. En Danza del amor se ofrecen las claves para hacer de la práctica una meditación en movimiento a través de las posturas. Así entendido, vinyasa yoga permite recuperar la fluidez y espontaneidad en nuestras relaciones y entramos en contacto con la vida misma.