Cuando se habla de filosofía siempre resulta algo muy profundo para el alma y el conocimiento humano, pues nos ayuda a pensar más, a tener un amplio criterio en cuanto a los juicios de cada una de las situaciones que suelen pasar de manera cotidiana. Seres humanos como Sócrates, Platón, Hannah Arendt, entre otros son las que alimentaron esa fascinante ciencia social y es por eso que resulta, tal vez no tan novedoso, porque hay escritores que ya se adelantaron a dicha empresa, el encontrar sus pensamientos a lo largo de una novela sobre jóvenes que estudian el bachillerato y uno de sus alumnos es hijo del protagonista, un maestro cuyos métodos de enseñanza están fuera de lo común. Sin embargo, lo que pasa en esta novela de Héctor Lozano donde adapta cada uno de sus capítulos a la forma de pensar de cada uno de los filósofos es algo digno de reconocer, se muestra la comprensión de las concepciones de los hombres y mujeres sapientes quienes legaron a través de sus escritos, sus formas de pensar como conceptos sobre la vida, el derecho, entre otros. No obstante, lo que le pone "peros" a la novela es que no es lo suficientemente buena para que cale hondo como ocurre con su serie original de Netflix. Esta novela funciona como una herramienta de complemento a su programa televisivo, no es ciertamente una auténtica historia sobre un maestro que inspira a los alumnos a empaparse de filosofía, las únicas novedades que ofrece son el viaje de Bruno a Roma y otros detalles más que se omiten en la serie. La redacción tan sencilla, tan fugaz en cuanto a las situaciones permiten que la lectura sea más fluida pero nunca profunda como se mencionó anteriormente. "Cuando fuimos los peripatéticos" es una muestra rotunda y también de que no siempre los libros resultan mejores que las películas o las series, a veces esta premisa hace excepciones.

Lo recomiendo! Me ha encantado.