Tres familias mantienen una encarnizada disputa desde hace muchos años por asumir el trono de Monteverde. Sus respectivos representantes son Elena Rosafina de Monteverde, la legítima heredera, Franco Pietro Riata y Allegreto de Navona, apodado Il Corvo. Desde Inglaterra, los nobles pactan un matrimonio entre dos miembros de esas casas para consolidar el reinado pero el tercero en discordia de este trío urdirá un plan para cambiar el destino de su país. Aunque en el libro no se hace referencia a ninguna época en concreto, por los acontecimientos que se señalan, calculo que esta historia transcurre en Italia durante el siglo XIV. La trama se presenta espectacular pero, desde el comienzo, se me ha hecho muy cuesta arriba. No he conectado con los personajes ni con la historia que nos cuenta, y eso que contiene muchos de los ingredientes que me gustan: venganzas, traiciones, acción y una historia de amor imposible. El ritmo de la narración es muy pausado. La autora describe con lujo de detalles todos los decorados, las vestimentas y pensamientos de los protagonistas, y el precio a pagar es una lectura algo densa, sobre todo, durante la primera mitad, con algunos pasajes que en mi opinión, carecen de importancia y ralentizan mucho la historia. Elena, con apenas diecisiete años, es una joven ingenua y virginal que ha vivido alejada de la vida en la Corte, pero en preciso instante en que su vida se cruza con la de Allegreto, protagoniza un cambio radical que yo califico simplemente de inverosímil, y no me refiero solo a sus dotes para gobernar. Allegreto también es un personaje que evoluciona, aunque personalmente, me ha gustado más el pirata sin escrúpulos, sediento de venganza y muy seguro de sí mismo que se nos presenta al principio, que el hombre confundido en el que convierte tras conocer a Elena. Las escenas de sexo son, cuanto menos, sorprendentes. No son delicadas, sino salvajes y muy "intensas"; los que habéis leído esta historia, seguro que sabéis a lo que me refiero. La primera vez de Elena, por cómo transcurre, puede no ser del agrado de muchos lectores -entre los que me incluyo- y a partir del segundo encuentro sexual que mantienen, el cambio que experimenta Elena es total: de ser un ratón asustado, pasa a tomar el control de la situación, descubriéndonos a una mujer irreconocible y a un protagonista masculino que empieza a mostrar sus debilidades. La parte positiva de esta lectura viene de la mano de algunos giros que se producen y que no me esperaba en absoluto pero que, por desgracia, no han sido suficientes para que disfrutara de ella como pensaba que lo haría.