Me ha dejado descolocado o descolocada. La niña o niño que narra tiene unos pensamientos muy extravagantes y chocantes, a veces cuesta seguir su forma de razonar. Digo niña o niño porque eso tampoco queda claro, ya que él/ella habla de si misma en femenino pero se llama César Aira como el autor y todo el mundo le habla como a un niño. El final es sorprendente y la monja no aparece por ninguna parte. Creo que lo que mas me ha gustado y mas recordaré, es la escena del helado del primer capítulo. Recomiendo el libro, con reservas, para quien quiera leer algo diferente, que se salte las normas narrativas convencionales. A mí hay cosas que me han gustado mucho y otras que no tanto.
hace 5 años