Esta joven escritora nos sorprende con sus joyas literarias con una muestra de sus relatos –pensamientos, reflexiones-. Es una antología integrada por textos seleccionados de entre aquellos que de alguna manera la autora, pone a sus protagonistas en el umbral de la decisión permanente en la que se encuentran los seres humanos a la hora de tomar distintas vías de reflexión sobre sus vidas, pasadas, presentes o futuras. Personajes en el filo de una frágil línea cortante de realidad palpable en el que la decisión y desenlace, corresponde con la libertad que otorga su autora, única y exclusivamente a su lector. Son relatos habitados por personajes que, sin ser más extraños que usted o que yo, transmiten extrañeza, el desasosiego de esas emociones comunes que, al matizarlas, se convierten en únicas y el desasosiego también de las situaciones anómalas, relatos habitados por seres de atributos reales que parecen moverse por un ámbito de irrealidad, como si pisaran un espejismo en vez del suelo, como si anduviesen sobre alfombras voladoras, con toda la precaución de los funambulistas metafísicos, relatos habitados por muñecos –todos los personajes literarios lo son- con problemas delicados de conciencia, obligados a establecerse en un mundo que merezca ese nombre: un lugar comprensible. Lara Moreno dispone en estos relatos un juego privado con las palabras: la búsqueda de un estilo, el encuentro con ese estilo, que tiene una especie de condición mercurial: frases derramadas y a la vez precisas, adjetivos que se funden con otros adjetivos, asociaciones insólitas, caprichosas e inesperadas.(extracto del prólogo de Felipe Benítez Reyes)