Tras divorciarse de su esposa, el protagonista de Canción para hombres grandes comienza a acostarse con otros hombres. Una sucesión de cuerpos sin nombre va definiendo un camino a través del cual el narrador asume que el hombre que quiere llegar a ser mantiene un conflicto con el hombre que fue hasta hace poco. Barcelona se convierte en un refugio gracias a un amante, Martí, un anticuario que también mantiene una relación con Sarrià, un hombre más mayor. Se abre así una nueva etapa vital en la que el personaje principal habrá de replantearse la relación con Carolina, su exmujer, así como la que mantiene con la parte femenina del mundo. Mientras, las preguntas y el estupor se suceden: ¿Qué es lo que entendemos por masculinidad? ¿Cuáles son los resortes del deseo y qué los mueve? ¿Podríamos afirmar que escribir se parece mucho al sexo? ¿Y por qué nos afanamos en convertir el erotismo en algo sucio cuando realmente no hay nada más obsceno que la avaricia? Canción para hombres grandes explora posibles respuestas a todas esas cuestiones a través de un proceso vivencial contado sin tapujos, pero con ternura.