Es una novela que te hace pensar en la vida de tus padres, cuando no estás, como transcurre cuando no estás presente; como fue antes de casarse, sobre todo si la relación que tienes con ellos no es muy estrecha, las razones porqué no se habla de una parte de la familia, en definitiva, todas esas cosas que están escondidas en los rincones de todas las casas. Y descubre muchas cosas, sobre todo muchas cosas que no le gustan, cosas que ya consideramos superadas, pero que formaron parte de nuestro pasado más cercano. A mí personalmente muchas actitudes me han resultado demasiado cercanas…porque han formado parte de mi vida muchos años.
Es por ello por lo que no puedo hacer otra cosa que recomendar esta novela en la que los sentimientos están a flor de piel, esos sentimientos tan íntimos, que muchas veces no les decimos ni a los más cercanos, de forma que al leer ves como te vas desgarrando, como vas llorando por dentro, con la impotencia que te da no poder hacer nada, de no haber podido hacer nada, de formar parte de eso que no se dice, eso que no puede salir de detrás de los muros. La autora ha utilizado palabras, palabrotas, todo ello para describir los sentimientos que embargan a María, cuando mira a su padre, ese ídolo caído, a su hermano tan cercano y la vez tan distinto, a su marido, ése gran amor, a esa tata que siempre ha estado ahí, como una sombra en todos los momentos de su vida, a esa familia con la que nunca ha contactado y sobre todo con su hija, esa hija tan deseada, que está dentro de ella, y con la que tiene esos diálogos internos tan llenos de cariño y esperanza que las que somos madres, tan bien reconocemos…
La novela es corta, ligera y atrayente, se lee casi de un tirón, el ambiente y la historia son totalmente creíbles, los diálogos y las reacciones extremadamente reales y tiene un suspense que te atrapa desde la primera página y no puedes dejar de leer.
hace 10 años
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