Amores de un vividor es una gran novela picaresca, dentro de la mejor tradición de la literatura japonesa. Aparece en el ambiente de un país cerrado al extranjero y dominado por la dictadura de la familia militar Tokugawa. Es la época de la consolidación de las grandes ciudades, de los barrios de placer dentro de ellas y del auge de la burguesía. La obra de Saikaku, en este paradójico mundo de represión y tolerancia, constituye un canto a la libertad de opción del individuo ante la sociedad, y a la capacidad de autodeterminación de la mujer.