Agentes de Dreamland me ha resultado una lectura muy curiosa y entretenida. Puede que mi principal crítica sea, precisamente, su mayor virtud: dejar al lector con ganas de saber más. Sabemos el qué y el cómo han pasado y pasarán las cosas, pero nos gustaría recrearnos en el desarrollo, dejar que los rugosos tentáculos de los Primigenios nos guiaran de una manera más exhaustiva y tormentosa por los hechos. Y es que uno percibe, no sé si de un modo correcto, que hay mucho más de donde vino esto; que el modo de escribir de la autora, casi a través de amagos, se convierte en una virtud, pero que apunta a mucho hielo de sujeción tras esta punta del iceberg que sobresale por encima del mar.
hace 5 años
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