Luis Riemba, hombre rico, propietario de una de las bodegas más prestigiosas del país, un hombre al que no le falta de nada hasta que un día la desgracia se ceba sobre él. Sin saber cómo ni por qué el negocio comienza a ir mal. El colmo de los colmos llega el día en que sus empleados llegan a su casa para comunicarle que alguien ha destrozado los viñedos. ¿Quién o quienes podían desearle tanto mal?, se preguntaba una y otra vez. ¿Uno de sus empleados? ¿De sus clientes? ¿Proveedores?, nada de eso tenía sentido. ¿Tal vez alguien de su pasado? Menos mal, se decía, que su mujer y sus hijos le adoraban. Pero para saber cuál era la uva podrida que había arruinado toda su cosecha tendría que conocer cosas de su pasado que igual hubiera preferido no conocer.