«Ondeando al viento al frente de la treintena de caballos y camellos que avanzaban sobre la interminable llanura, destacaba una bandera verde sobre la que campeaban dos espadas y una leyenda en caracteres árabes: “No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Y junto a la bandera, a la cabeza de un puñado de orgullosos jinetes de rostro decidido que no parecían sentir ni calor ni cansancio, se distinguía, destacando sobre todas, la imponente figura de un hombre de dos metros de estatura, delgado, ágil, musculoso y fuerte, de nariz recta, profundos ojos negros e imperativos ademanes, Abdul-Aziz Ibn Saud, primogénito de la casa de Saud, descendiente directo de una hija del santo Wahab, y nieto del glorioso rey del Nedjed, Saud el Grande».
Saud el Leopardo es la nueva novela de Alberto Vázquez-Figueroa (Santa Cruz de Tenerife, 1936) en la que su fascinación por el desierto ofrece al lector, en esta ocasión, las aventuras de un hombre que trasciende en héroe para recuperar aquello que le pertenece. El conocimiento de Vázquez-Figueroa de las culturas nómadas del desierto supone un viaje en el relato fundacional contemporáneo de una nación forjada con las ansias de libertad, progreso y respeto por sus tradiciones. Saud el Leopardo es una novela que cabalga, a ritmo trepidante, a lomos de una Historia empañada de ficción, un genial trasunto mítico —y místico— de Arabia.