De momento, esta será la última que lea de Cienfuegos. Cada entrega es más patochada que la anterior. Todas son muy amenas, de muy fácil lectura y que anima a continuar, pero para mantener el interés se inventa unas historias bastante absurdas. La del guerrero indígena gay pegándose la barba del protagonista para conquistar con ella al efebo es penosa, más bien parece sacada de Mortadelo y Filemón; inadmisible la tontería de que suban a 4.000 metros casi en pelota picada y se tiren allí varios días como de vacaciones en Torremolinos; el recibimiento que la enamorada hace a Cienfuegos buscando como una posesa su miembro viril antes que decirle siquiera buenas tardes después de 7 años corriendo detrás de él, es más propio de una peli porno que de una novela... Ya el inicio de la historia es inconcebible: la noble alemana se va sola a triscar por las montañas de La Gomera, y se vuelve loca de amor por un gañán que apestaba a cabra pero con una sensibilidad e inteligencia que ni L. Da Vinci y S. Hawking juntos. Y nada menos que a finales del siglo XV. Eso sí, el cabrero analfabeto suelta unas frases que ni Cervantes. En fin, una lástima que este escritor no cuide un poco la credibilidad de sus narraciones, sobre todo cuando se rodean de un contexto histórico. Mucho más interesantes otras obras de este mismo autor, como Centauros. La serie de Cienfuegos me parece de lo peor que ha escrito.
hace 3 años
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