En "Sol de mayo", Antonio Manzini continúa la serie de Rocco Schiavone, el subjefe de policía que trabaja en la pintoresca pero problemática región de Aosta. Manzini, con su estilo narrativo incisivo y detallado, nos sumerge en una trama llena de intriga y suspense. En esta entrega, Schiavone se enfrenta a un nuevo caso complejo que no solo pone a prueba su habilidad como investigador, sino también su resistencia emocional. Manzini muestra una maestría en la construcción de personajes, permitiéndonos ver a un Schiavone más vulnerable y humano, luchando contra sus demonios personales mientras resuelve crímenes. La evolución de Schiavone, desde su traslado a Aosta hasta sus conflictos internos, se desarrolla de manera creíble y envolvente. Comparada con las novelas anteriores, "Sol de mayo" mantiene la calidad y el ritmo trepidante que los lectores de la serie han llegado a esperar. La descripción del entorno de Aosta, con su atmósfera única y a menudo sombría, añade una capa adicional de profundidad a la historia, haciendo que la ciudad se convierta casi en un personaje por derecho propio. Manzini logra mantenernos en vilo hasta la última página, combinando hábilmente elementos de misterio y drama personal. La resolución del caso es tan satisfactoria como sorprendente, dejando a los lectores deseando más. En definitiva, "Sol de mayo" es una lectura imprescindible para los amantes del género policial y una prueba más del talento narrativo de Antonio Manzini

“Sol de mayo” es la cuarta novela -“Pista negra”, “La costilla de Adán” y “Una primavera de perros” son las primeras tres- que escribe Antonio Manzini sobre el subjefe de policía Rocco Shiavone. Yo leí y les comenté sobre “Pista Negra” y “Una primavera de perros” y al igual que ellas, “Sol de mayo” es una novela apasionante y envolvente, con un gran protagonista, un personaje inolvidable y adictivo: Rocco Shiavone. “Sol de Mayo” inicia exactamente donde terminó “Una primavera de perros”: con el asesinato, en la casa del subjefe, de la esposa de uso de sus mejores amigos. Rocco Shiavone es uno de mis principales argumentos para recomendarles las novelas de Mancini. Este anti héroe, irónico, depresivo, mal humorado, responsable y trabajador, tratando de evitar siempre que puede sumergirse en el catálogo de situaciones que lo encabronan: del sexto para arriba: los niños que gritan en los restaurantes, en las piscinas, en las tiendas, en general los niños que gritan. Le siguen las llamadas de teléfono que ofrecen contratos integrales e increíbles para luz-agua-gas-móvil; el edredón que se sale del colchón y te deja los pies al aire en una fría noche de invierno y las “apericenas”. En el séptimo grado están los restaurantes con servicio lento, los entendidos en vino, y el compañero que ha comido ajo la noche anterior. En el octavo, los espectáculos que duran más de una hora y cuarto, hacer o recibir regalos, las maquinitas de póquer electrónico y Radio María. En el noveno, las invitaciones a bodas, bautizos, comuniones o cualquier tipo de fiesta; los maridos que se quejan de sus mujeres y las mujeres que se quejan de sus maridos. Y en el décimo grado, en lo alto del podio de las tocadas de cojones, en la cúspide de lo que esta vida de mierda podía endilgarle para fastidiarle el día estaba el rey absoluto: un caso de homicidio al canto. En esta ocasión permítanme no contarles sobre la trama y solo concluir comentándoles que Manzini escribió de nuevo una sensacional novela negra. Larga vida a Rocco Shiavone! Antonio Manzini (Roma, 1964), actor, director de cine y teatro y escritor, fue alumno de Andrea Camilleri en la Accademia Nazionale d’Arte Drammatica. Ha publicado las novelas Sangue marcio, La giostra dei criceti y Sull’orlo del precipizio, así como varios libros de relatos, dos de ellos a cuatro manos con Niccolò Ammaniti. De las cinco entregas dedicadas al subjefe Rocco Schiavone, las tres primeras —Pista negra, La costilla de Adán y Una primavera de perros— se han publicado en Salamandra. Sol de mayo es la cuarta novela de la serie.

Entretenida, a veces un poco liosa.

Buenísimas todas las novelas de Manzini sobre el subjefe Schiavone, típico italiano.

Cuarto de la serie, pero no el último porque ese final... ¡me encanta Schiavone!