Por allá del mes de marzo, les había comentado “Pistas Negras” , la primera novela que había leído de Antonio Manzini y su gran personaje, el Sub Jefe de policía Rocco Schiavone, un romano que por su carácter irascible y su tendencia a saltarse la reglas de la policía, fue castigado por sus superiores, siendo desterrado a un pequeño pueblo al píe de los Alpes italianos.
Ahora, me toca platicar con ustedes sobre “Una primavera de perros”, la tercera novela de la serie de Schiavone, donde de acuerdo a la sinopsis, “el malhumorado pero entrañable personaje que, según la crítica, ha ido adquiriendo en cada episodio una dimensión más incisiva y profunda.
Por fin ha llegado la primavera al valle de Aosta, donde Schiavone lleva nueve meses destrozando botines Clarks, porque se niega a calzarse unas botas de montaña apropiadas, y donde reniega de todo a diario.
En esta ocasión, recibe la noticia de que el conductor y el copiloto de una furgoneta han muerto en lo que a primera vista parece un accidente.
Pero la furgoneta ha sido robada, con lo que habrá que iniciar una investigación.
En paralelo, desaparece la hija de una rica familia de constructores de la zona, que fue vista por última vez en una discoteca, y aunque nada apunta a que exista una conexión entre los dos casos, un hecho pondrá sobre la pista al subjefe Schiavone.
Pese a saber de los turbios negocios que se mueven en la gran ciudad, que tanto echa de menos, Rocco Schiavone no sospecha hasta qué punto podría existir algo parecido a la mafia en un rincón perdido entre las montañas.
Durante la investigación, además, tendrá que lidiar con cuestiones personales que atañen a la mejor amiga de su ex pareja y con un doloroso episodio del pasado que se niega a aceptar”.
Novela fácil de leer, con un caso más complicado que el que resolvió en “Pistas Negras”, llena de diálogos donde la ironía y el doble sentido de los personajes de Manzini, “Una primavera de perros” es una excelente recomendación para los amantes de la novela negra.
hace 3 años
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