«Haber nacido en mi generación te imponía unos preceptos que asumías sin rebeldía. A caballo entre el pasado franquista y la modernidad, te tocaba apechugar con la moral católica, para la que la pérdida de tiempo y de talentos era el peor pecado que se puede cometer.» La inspectora de policía decide poner distancia con su día a día para recordar su pasado a fin de tomar las riendas del presente. Con su particular mirada, repasará su vida, desde la niña aplicada a la que expulsan de un colegio de monjas, pasando por la joven universitaria antifranquista que al casarse cambia de rumbo, hasta que decide romper con todo y ser una de las primeras mujeres en ingresar en el cuerpo de Policía.