Mi cinco se justifica por la admiración que siento por Alicia Giménez Bartlet y porque tanto la inspectora Petra Delicado como el subinspector Garzón forman parte de mi familia literaria. Pero en 'Mensajeros en la oscuridad' la novelista de Almansa quiere rizar el rizo y pincha en hueso fosilizado. Historia interminable de penes amputados, sectas relacionadas con la mafia rusa, atracones de bodka y güisqui y hasta el escarnio de un coito encima de la tumba de Lenin. Voy a releer 'El silencio de los claustros' o 'Un barco cargado de arroz' para que se me pase el cabreo.
hace 2 años