Segunda entrega de la serie del inspector Trevejo. Igual que en el anterior cuenta entrar en la historia, que no empieza a resultar interesante hasta casi la mitad del libro. En todo caso, esta historia me ha gustado más que la del libro anterior "Aguacero". El autor intenta "copiar" de alguna manera tintes característicos de las novelas de Lorenzo Silva sobre Vila y Chamorro, del que es claro admirador. Se percibe una personalidad sarcástica en el protagonista, similar a la del sargento Bevilacqua. Buena labor de investigación sobre la época, aunque algunas cosas me han parecido que no pegaban en esos años. Es entretenido, sin llegar a entusiasmar.
hace 5 años