París es una ciudad hermosa y grandilocuente. Este libro no quiere competir con ninguno de esos rasgos. Pont de l'Alma presenta el testimonio autobiográfico, con expresa vocación de texto menor, de alguien que vivió en París sin apenas enterarse de su permanente fascinación. La lluvia, la conciencia en sordina de los agravios del tiempo, un contestador telefónico de tendencias diabólicas y algunos problemas lingüísticos ocupan las páginas que deberían haberse dedicado a las pompas y esplendores de una urbe magnífica. Completan el volumen dos ensayos publicados con anterioridad: Cincuenta y tres y Octava , sobre esa esquina de Manhattan; y 10 Rillington Place, que informa del azar y placer de vivir donde un famoso asesino cometió sus crímenes.