Donna Leon se atreve a abordar distintos problemas relacionados con la Iglesia en esta nueva entrega de Brunetti. Esta vez una monja secularizada desvela que en una residencia ha habido muertes extrañas y legados de propiedades de los finados a parientes próximos y a la orden que gestiona las residencias.

Una novela recomendable, no he leído el resto de la serie pero esta está bastante bien. Además de la historia policíaca está la crítica a algunos asuntos muy turbios relacionados con la iglesia y eso es un punto positivo más, atreverse a hablar de según que cosas.

Fácil de leer, con una fina ironía...y sin embargo hay situaciones que te hacen pensar: en todos lados se cuecen habas y las instituciones religiosas ni sus miembros están exceptos de eso. Recomendable para aquellos que le gusta la novela policial y tienen una mente abierta en asuntos religiosos.