Intento leerlo pero no lo entiendo quién narra. Cuando interviene cada personaje y se marca quién es, vale, pero después vuelve el monólogo del que habla todo el tiempo, y no sé quién es. Me encanta la manera en que se narra, esa perfección, pero no entiendo el libro en sí.

Pecando de excesivamente subjetivo diré para comenzar, para librarme de este peso, que al principio odié este libro, me costó entenderlo, pero en la medida avancé empecé a sorprenderme, llegué a admirarlo y al final lo amé. Por una parte es una novela sin argumento, sin historia, no relata situaciones, ni evento, y cuando lo hace son brochazos que sirven de fondo para las descripciones líricas e intimistas de los personajes, pero no hay una historia que contar. Incluso no hay tiempo, nunca se refiere al tiempo, ni los días, ni meses, ni años, ni a las horas. Eso aturde en un principio. Me costó entender esa cadena interminable de monólogos que no distinguían un personaje del otro. Entendía que era un “En busca del tiempo perdido”, con varios personajes, más intimistas, en un lenguaje menos natural, más metafórico, pero difícil de entender. Perfilar la personalidad de cada personaje era prácticamente imposible y eso lo convertía en un solo, largo, lacónico monólogo, pero en la medida se va avanzado se va logrando definir el carácter de Susan, Bernard, Rhoda, Louis, Neville y Jinny. En el momento que logré entender admiré algo en particular: lejos de tomar el camino fácil de la novela “normal”, y hacer un retrato de cada pesonaje en un párrafo o una página, todas las características que identifican e individualizan a sus personajes los disemina y los madura a lo largo de la obra, lo cual me parece una obra bien pensada, analizada, estructurada y realizada. Al final sí logramos identificar a todos y cada uno y a conocerlos bien, pero hasta el final. Sin duda el intimismo supremo, la zambullida a la interioridad más profunda de los personajes, cual si fuera un psicoanálisis esparcido por más de doscientas páginas, está impregnado de la propia personalidad de Virginia, que inocula en cada uno sus miedos, temores, frustraciones, ansiedades, complejos, por lo que tampoco se puede negar que cada uno de ellos es una excusa de la autora para desahogarse. Lo del nombre de libro, me parece, que se refiere más que todo, a pesar de lo que algunos estudiosos o la misma escritora hayan dicho, a que cada personaje aparece como las olas en el mar, bañan la playa, la inunda, pero luego remiten para dar lugar a que otra ola llegue, y realicen sobre la arena su muy particular diseño, único, inigualable, pero siempre, al final de cuenta, el mismo que las demás olas. Mantener ese lirismo hipersensible sin caer en la novela barata, es encomiable, pero me deja asombrado que a pesar del nivel de abstracción de las imágenes, muchas veces al parecer inconexas, sin sentido, casi desconstructivista, lindando en lo incomprensible; arte moderno al fin y al cabo, el mensaje que queda en la mente es claro para cada personaje. Hacer eso, mantenerlo párrafo tras párrafo, requiere de ideas claras, ordenadas, y de una línea bien diseñada. En cuanto a Percival, no entiendo su intromisión en todo esto más allá de que es un permanente tributo a la memoria del hermano de Virginia. Es un libro que todo poeta debe leer, porque más que una novela, es un largo, extenso poema. (La forma de iniciar cada uo de los 9 capítulos, con una descripción poética, prosa poética) de diferentes momentos de un mismo día, es simplemente genial

Es un libro difícil, como dice la gente, pero yo disfruté muchísimo leyéndolo. Desde la primera página me cautivó el estilo de Woolf, siendo la primera vez que leía algo suyo. Puedes llegar a identificarte con algunos de los personajes, dejarte llevar por la gran poesía que hay en las líneas. Es una obra maestra que me hizo descubrir a una de mis escritores favoritos. Lo recomiendo 100%, tanto si se lee a Woolf por primera vez como si no.

Es un libro extraño. No está construido a la manera habitual en la que se suelen hacer las novelas, parece más que una novela un largo poema en prosa. Está protagonizado por seis amigos, tres hombres (Bernard, Louis y Neville), y tres mujeres (Jinny, Susan y Rhoda), comenzando en su niñez y terminando en su senilidad. Durante todo el libro, la narrativa va pasando de un personaje a otro a base de soliloquios. Existe también un sexto personaje, Persival, que siempre aparece por referencias de los personajes principales. Cada uno de ellos muestra una personalidad diferente, Bernard busca la expresión perfecta de lo que le rodea, inventando y narrando historias sobre lo que ocurre a su alrededor. Louis busca la aceptación y el éxito, Neville busca constantemente el amor en otros hombres, Jinny se relaciona a través de su belleza física, Susan es una personalidad campestre, que se siente cómoda en un ambiente rural, y Rhoda es una solitaria insegura que intenta superar sus miedos internos, su forma de relacionarse con los demás es a través de la imitación. El hilo narrativo de la historia está roto por nueve interludios en los que se describe una paisaje costero desde la mañana hasta la noche, como si la propia autora describiera, a modo de paréntesis, como va cambiando el escenario del lugar en el que se encuentra mientras escribe. Es un libro muy recomendable, pero que hay que leer con tranquilidad y en los momentos en que realmente te apetezca leer.

"LA PROUST INGLESA", INFLUIDA POR LA FILOSOFÍA DE BERGSON, MATÓ PARA SUICIDARSE LA NARRATIVA LINEAL: DOS MUNDOS, EL EMOCIONAL Y EL OBJETIVO DE LOS FENÓMENOS, SE COMUNICAN POR EL MONÓLOGO INTERIOR DE SEIS PERSONAJES, EN CONSTANTE TRANSMUTACIÓN CON EL ENTORNO. CUANTO ESTA MUJER APOSTROFÓ CONTRA JOYCE, TACHANDO EL "ULISES" DE ENREDOSO Y DESVARIADO, SE PODRÍA RELANZAR REPROCHADO A ELLA.

Mucho le debe la literatura en general a ésta gran dama de las letras. Hablar de Virginia Woolf es hablar de innovación, refinamiento, arte y delicadeza. "Las olas" ha supuesto para mí un enorme desafío a la renovación estilística, a la magia del monólogo interior, y a la belleza de la prosa poética. Connotaciones y divagaciones sencillas, a la par que complejas. Ronroneos o cadencias que salpican con sutileza la fina costra inabarcable de la ensenada. Caricias del viento marino que nos trasladan -alegóricamente- a determinadas etapas de la vida de seis almas heridas, confusas, y desilusionadas. Auroras y ocasos que se mecen bajo el cosquilleo de la infancia, la juventud, la madurez y la muerte que los ataja. Una revolución narrativa que nos arrastra hacia una embriagadora fragancia de briznas,retamas y hojas marchitas maceradas.

Quizá no tenga refinamiento suficiente para apreciar esta obra, pero desde la página 1 me resultó un poco soporífera y aguanté hasta la 56. Ya no pude más con tanta descripción minuciosa para contar cada detalle, para ese monólogo interior de cada uno de los personajes, para ese lirismo exacerbado de cada frase. Prefiero un poco menos de descripción y más de diálogo.

Dos veces intenté leerla dos veces la dejé,libro muy dificil, es poesia novelada y personalmente no me gusta la poesia o es que no la entiendo.

Quizá es que carezco de la profundidad necesaria para leer este libro pero a mí me pareció un tostón. De vez en cuando encuentras un fragmento interesante que navega a la deriva entre tanto desvarío. O soy muy simple o el libro va de profundo y se enreda en lo insustancial.