Lectura compleja. Como reflejan los compañeros en las opiniones, la segunda parte es algo ardua de leer, sin embargo el esfuerzo se ve recompensado al conocer algunos de sus personajes: Mefistófeles que, a pesar de su maldad, logra sacar alguna sonrisa traviesa al lector o el joven insatisfecho Fausto.¿Quién de nosotros no ha sido alguna vez un poco como el joven Fausto, desesperado por adquirir y conocer todos los secretos del mundo? ¡Invito a los lectores a darle una oportunidad a este clásico!
hace 2 años