Magnífica historia, escrita hace más de un siglo, que describe la hipocresía y la doble moral con que actua un político de la época; aunque, por desgracia, podría valer para un personaje actual. En apariencia el protagonista de Eça de Queirós no es consciente de la contradicción existente entre sus obras y sus ideas. Abranhos asume con naturalidad una ansia de inmovilismo, un deseo de perpetuar un statu quo que le beneficia, una flagrante falta de honestidad y un exigir que los demás vivan según una norma que no se aplica a sí mismo; vive con normalidad el hecho de que en cada momento y según la situación, busque obtener su beneficio personal. Pero el lector sí es consciente de esa doble moral, resaltada con destreza por el autor por medio de las cándidas palabras de admiración que la conducta del conde arranca a su biógrafo.
hace 10 años