Una historia sentimental, desgarradora y con personajes y situciones perfectamente estudiados. Una mujer, que perdió a su único hijo, cree que un conocido pintor lo retrató y asedia al pintor para que le deje ver el cuadro. En la cabeza e la mujer la imagen del cuadro, el reduerdo del hijo y la presencia del pintor se confunden y se ofuscan poco poco en una trama de ensueños, soledades reconcentradas y un renacer casi póstumo de la vitalidad de una pobre vieja. Estremecedor.